¡ Ay !
¡ AY!
¡Cómo se exhuma el jubiloso sueño
rubicundo, jocoso y vivaracho,
que exhala prepotencia en sus penacho
y exhibe juventud con tal empeño.!
¡ Preñadas ánforas son de la arrogancia,
que en el sutil vaivén del galanteo,
provocan el rubor en devaneo,
¡Cómo huyen los vahos del amorío,
temprano e incendiario, miel y luna.
quién te parió, razón inoportuna,
quién derivó el torrente en manso río!
¡Cuando fundió cual fragua de Vulcano,
el vasto mineral en ruda escoria.
cuándo. como, porqué te vas, memoria,
en ese puro ocaso de mi humano.!
No quiero convertir mi hogar en pena,
que quiero transformarlo en luz de vida,
y huir sin mas farol que luz serena
Sintiendo estoy, que acabo esta partida,
y no queda ni ahorro ni alacena,
ni cuando ni porqués, ni amor ni herida.
Conoce más del autor de "¡ Ay !"