Autocompasión

Pobre de mí que fui olvidado
en los andenes de un gris recuerdo,
pobre de mí, triste desalmado,
caminante en un sendero férreo;
pobre de mí, pequeño ser humano
que naufraga sin astro en el firmamento.

Pobre de mí que atado a la esperanza
espero transmigrar hacia lo eterno,
pobre de mí porque en esta vil andanza

no he sabido poner mi pie de hierro;
y en mi pecho clavada una lanza
tengo por mis dudas y mis miedos.

Pobre de mí, poeta escondido
en las rimas, las métricas, los versos;
pobre de mí, con tanto desatino
en la opinión, en el amor, en el acuerdo;
pobre de mí, letra sin sonido
en la página de este gran Universo.