Aquellas, las Mirlas Blancas

¿Que llegó otro?, ¿Que importa?
Otra llegará también, y al igual, no será nada,
él descubrirá mis iniciales en tu espalda,
ella, descubrirá las tuyas en mi boca, guardadas.

Quizá logres confundirle,
decirle que madre e hija han quedado en ti grabadas
porque es de dos el secreto, y a los terceros, ¡charadas!
por mí nunca lo sabrá, por mí, nunca sabrá nada.

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�Qué le interesa saber?
¿Que me tatuaste en tu piel y yo te tatué en mi alma?,
¿Que tus letras y las mías quedaron entrecruzadas?
¿Que la tinta se secó una tarde apasionada, en una cabaña oculta, de otras, terceras miradas?

Por eso amada te digo: ¡Este, nuestro amor, no acaba!
ni que ocultes nuestros nombres con aquellas mirlas blancas.

Que lleguen otros, ¿Que importa?,
Otras miles llegarán a buscar en nuestros cuerpos cualquier caricia olvidada,
saciarán sus sucias lenguas en rezagos de migajas,
pero nunca llegarán a tatuarse en nuestras almas.

Compararás amor mío:
¿Nuestros humectantes besos, con esos besos de baba?,
¿Nuestras íntimas caricias, con mórbidas manoseadas?,
¿Nuestras noches pasionarias, con lánguidas madrugadas?,
¿Qué le dirás amor mío?, si ansiedades no son ganas.

Yo he comparado amor mío,
porque siendo espiritual cubren mis huesos la carne, y la carne se profana,
por eso compararás, porque también eres carne,
porque todo se compara.

Y aunque nunca le descifres, aquellas, las Mirlas Blancas,
cuando se abrace a tu carne verá mis letras tatuadas.

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Autor: Manuel Bastidas Mora/Venezuela
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