Aires de tormenta

Tus aires de gitana y de niña mimada
hicieron estragos en mi pose de Titania,
llegaste tarde pero no dudaste en sonreír.
Fuimos dos estrellas fugaces que no supieron brillar.
Tú y tu sueño de ser tres,
me empujaban fuera de nuestra fotografía,
pero yo te quería con toda mi pasión.
Rediseñé por ti hasta mis sueños,
pero tú querías seguir huyendo.
De nada me sirvieron crear contigo

los mejores recuerdos de nuestra vida
cuando yo termino siendo el malo.
Ni mis besos ni mis manos
pudieron retenerte,
pero tú me amas.
Lo veo en tus ojos
y en la forma de no mirarme
pero te casas con él.
Caminas al altar pero sólo
me miras a mí,
pero es a él
a quien le das tu mano y tu sí.
Y yo me rompo y lloro.
Tú sonríes y termima todo,
con él a tu lado y yo
a la oscuridad de vuestra sombra.
No puedo evitar mirarte y recordar,
lo peor es que yo no tengo la culpa.
Si al menos hubiese cometido un error...
pero sabes que te lo dí todo
lo que tenía, lo que era, lo que fui.
Y me pediste tú imposible
para ti incompatible
con una imagen de nosotras dos.
Y ahora sola frente al espejo
sólo me queda una fotografía
pegada a él y tu colgante.
Que nadie diga que no lo intenté,
supliqué y lloré, te recé y adoré
pero nada valió.
Ni tu amor y menos el mío.