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“Dijiste que todo lo que pudiera sentir a los dieciséis no podría ser real, que iba a pasar, y yo te creí. Te creí como creo en cada maldita cosa que sale de tu boca. Pero ¿Cuánto tiempo más seguiré viviendo en mis dieciséis?”

Ya tienes diecinueve y apenas me dí cuenta de que hablabas en serio

“¿Cuánto tiempo más?”

Quizás hasta que te traicione o te decepcione... Eso creí
Pero resulta que hasta el golpe más bajo me lo perdonaste

¿Por qué no me odias?

¿Por qué simplemente lloras en mi funeral?
¿Por qué recitas palabras de despedida?
¿Por qué no podías decírmelo solo a mí?

Te hallé sosteniéndome entre tus brazos
Gritando que no me atreviera a dejarte, que aún teníamos una pelea que no se debía posponer
Te hallé llorando a borbotones, blasfemando sobre el cielo, porque de nada te había servido implorarle a un Dios que después de todo te terminó arrebatando la felicidad en un segundo
Te hallé susurrandome al oído que quizás no me odiabas tanto pero que si me atrevía a cerrar los ojos definitivamente me convertiría en tu peor enemiga

Y quise,
Quise quedarme por siempre o el tiempo que me pidieras
Pero mis ojos se cerraron y mi alma escapó de mi cuerpo
Con el triste recuerdo de un chico que por primera vez lloraba frente a mí, rogaba, me abrazaba y se retorcía por la angustia y la rabia de no haberle cumplido el único deseo que le había pedido a esta estrella fugaz

Ya no puedes oírme
Pero no soy una esfera de aire mágica
Si me quedaba iba a ser porque quería, y aunque hubiese anhelado seguir sosteniendo tu mano, mi cuerpo no obedeció

Ya no puedes oírme
Pero yo también lloré
Y lo sigo haciendo cada vez que siento que tú lo haces

Ya no puedes verme o tocarme
Pero quiero que recuerdes ese pequeño momento en el que nuestras manos se juntaban
Y frío con calor colisionaban...

Ya no tienes dieciséis
¿Por qué me quieres como en tus dieciséis?

Ámame en tus diecinueve, en tus veinte, en todos los años y en todas tus vidas

Y por favor no vuelvas a creerme
Porque mi quererte a los dieciséis si pasó
Pasó a amarte en los últimos minutos de mi vida y quizás por el resto de mi muerte

Ámame siempre
Pero amate a tí por encima de mí, como antes de que lo descubrieras
Ama a otras personas y deja que ellos te amen

Ama tu vida
Pronto nos amaremos en la muerte.