Una cualquiera
Señor, tú que desnudo a mí me hiciste
mostrando mis vergüenzas sin complejo
hoy ya presto a partir aquí te dejo
la parte de este cuerpo que resiste
y, como es natural, algo más viejo.
Te dejo mi legado en sacrificio
por si acaso sirviera de eximente,
que siempre yo intenté ser consecuente
ajustando principios a mi oficio
Me iré sin conocerte. Te he buscado.
Jugaste con mi tiempo al escondite
siendo yo el perdedor en este envite.
Espero no pensar que te has vengado.
Que nunca fui invitado a tu convite.
Si un día nada fuí y ahora la nada,
-pido no seas cruel- está a la espera
evitarás que así de pena muera.
Impide mi alma sea condenada
cual fuera una fulana, una cualquiera.
©donaciano bueno
Ver más en:
http://www.donacianobueno.com/
Conoce más del autor de "Una cualquiera"