ÚLTIMO ACTO VANDÁLICO

Cuando decidas tirarte en paracaídas y decidas caer justo en este punto de la topografía que ya no sé si olvidas u ocultas o ignoras... te mostraré que los actos vandálicos suelen estar en el último capítulo.

No fue tu acción, sin causa y con mucho efecto lo que me dolió, fue el antes, fue tu sonrisa de no pasa nada, de pequeño animal inofensivo. Te observo y le busco tres patas al gato, como una perra sin escapatoria.

Y me repito a mí misma:
¿Eres tan estúpida que no lo entiendes?
Lo que tienes que hacer “querida" es drenar esos nervios que te produce ese fantasma, lo que tienes que hacer “querida” es incendiarte.

Y eso hago, en el desierto de estas palabras, me incendio.
En mis historias color sepia pasan cosas terribles.

A

cicalo mi corazón, lo preparo, como quien prepara un “paquete-bomba”, para que lo veas muy rojo, pero todo es un secreto: Jugar – Ocultar – Olvidar – Ignorar… Porque los actos vandálicos suelen estar en el último capítulo siempre. Más allá de eso sólo hay libros cerrados, historias que no vuelves a leer de esas que se quedan archivadas y empolvadas en algún rincón de la estantería después de leer:
“THE END”.

Y serás mi último acto vandálico en lo que nos queda de universo. Valiente obsequio el de hoy para un amante de tu categoría.