No desperté todavía

No desperté todavía.
No porque todavía esté oscuro,
ni porque me envuelvan penumbras
que a plena luz del mediodía todavía persisten en mi cielo;
ni tampoco porque sombras de algún gigantesco árbol
- invisible a mis parcos ojos -
transmute el alma de la luz hacia otro universo.
No desperté todavía
tan sólo porque la breve vida no alcanza
o porque siempre está tan fijada en el mañana
que el presente se le vuelve una nimiedad sin rostro.
No desperté todavía
porque yazco enajenado de la espina, de la herida
en nombre de los decretos del placer,
del efímero placer.
No desperté todavía,
porque sigo dormido, o quizá muerto,
creyendo que el vasto y vacío mundo es mi lecho,
o mi ataúd,
porque puede que el planeta sea mi habitación,
o mi cementerio.
No desperté todavía,
y quizá nunca jamás despierte.

Conoce más del autor de "No desperté todavía"