DEL CIELO AL INFIERNO

DEL CIELO AL INFIERNO

En la miel de tu mirada, descubrí que no era cierto
que el color del firmamento fuese como presumían,
de un azul brillante al día y azabache hacia el ocaso,
si no café cual pedazo de tus brillantes pupilas,
esas que cuando me miran, me elevan al mismo cielo
del que descender no quiero, por el resto de mi vida
y si en tus brazos dormida me sorprende la mañana,
la gloria misma se afana en hacerse residente,

del paisaje que en mi vientre te requiere con premura,
esculpiendo en mi cintura la medida de tus manos…
Pero al final es en vano de ese cielo sostenerse,
si el paraíso es la muerte al saber que no es eterno,
que se nos viene el infierno... porque sé que no eres mío
y se torna el lecho frío al compás de tu partida,
cincelándome la herida que se abraza al corazón.
No he de comprenderlo, ¡No! pero la causa es plausible,
entre tú y yo es imposible considerar al amor…
No me digas por favor ese adiós que me destroza,
ven y deja de tu boca el ósculo transitorio,
aunque en otro dormitorio te cobijes de sus brazos.
Se estremece mi regazo de entender que será la otra,
la que beba de la copa que contiene tus misterios,
cuando del cielo al infierno conduzca a fin nuestra historia.

Gema Sánchez
Derechos reservados
México.