APRENDÍ

Aprendí que no hay amor
Como el amor de una madre;
Aprendí a resignarme
Cuando me quema el dolor.
Aprendí que el sinsabor
Va en el menú de la vida;
Aprendí que una partida,
Para siempre...Y nunca más,
Muerde cual fiera voraz
Y nunca sana esa herida.

A

prendí que en el camino,
Hay muchas matas de Ortigas;
Pero también hay espigas,
Que te dan un trigo fino.
Para degustar un vino,
No es preciso fina copa...
No importa cual sea la copa
Si el vino es de calidad;
Y aprendí que la amistad
No lleva marca en la ropa.

La vida que tanto enseña,
Es la mejor maestría;
Lo otro es cosa baldía;
Se convierte en pura leña.
Aprendí que se te empeña
Tu sonrisa en un instante;
Te cobra el llanto arrogante
Un minuto de placer;
Y aprendí: Que hay que aprender
A querer al semejante.