Amado Nervo IV. El encuentro

¿Por qué permaneciste siempre sorda a mi grito?
¡Dios sabe cuántas veces, con amor infinito,
te busqué en las tinieblas, sin poderte encontrar!
Hoy —¡por fin!— te recobro: todo, pues, era
cierto...

¡Hay un alma! ¡Qué dicha! No es que sueñe despierto...
¡Te recobro! ¡Me miras y te vuelvo a mirar!

—Me recobras, amigo, porque ya eras un muerto:
De fantasma a fantasma nos podemos amar.

Poeta: 
Amado Nervo

Más poesía de Amado Nervo