La última y ya

poema de Red_Jhon

Por mas que quisiera volver al pasado
Es un hecho que...simplemente será descartado
¿A quién no le gustaría corregir los errores cometidos?...
¿A quién no le gustaría alterar lo sucedido?...

No puedo cambiar algo que pasó
No puedo reparar lo que se rompió
No pude mirarla a los ojos y decirle
Desde lo mas profundo de mi corazón

Perdón.....

Fui un tonto al engañarla un cabeza dura al ilusionarla para que al final igual se me vaya.
Y lo mas estúpido que hice aquel día, fue mirar como aquella lágrima que corría en su mejilla buscaba donde caer, buscaba un motivo por el cual salió y sin embargo...no lo encontró.

Intentando consolarla quise abrazarla y lo único que encontraba era una gran decepción en su mirada, me lo merecía, no podía quejarme de algo justo, los peros no me servían, y las excusas se me reían desde lo más alto de mis mentiras.

Salió corriendo de la escena dejando caer sus lagrimas por donde iba, la atmosfera se quedó callada, como una madrugada a las 3 de la mañana, como una casa después de ser deshabitada y una palabra en el aire que con redundancia hacia latir mi corazón con mucho fervor...

"Discúlpame por favor"

Desde entonces todo cambió, la primavera como la conocía, se marchitó, ella traía consigo la alegría que todos la percibían, traía la nostalgia que me hacia anhelarla. Ella se llevó mis versos y mis días, solo me quedaban las noches. Noches frías y adoloridas.

No tenia porque opinar tan solo lo único que me quedaba era callar...

Me di cuenta demasiado tarde que ella era la galaxia que buscaba, aquella persona con la que tanto anhelaba, a la que le daría mis horas, mis días incluso mi vida.

Ella trae consigo la alegría de la primavera.
El dulzor del canto de un ruiseñor.
La fuerza de una tormenta capaz de destruir un sueño.
Su mirada tan tierna y certera.

Su voz tan dulce que incluso te seduce.
Sus ojos castaños como un otoño.
Su pelo negro como una noche sin estrellas.
Sus manos frías como el invierno y cuando me abrazaba sentía una cálida sensación de Septiembre.

Cuando yo la abrazaba - ¡Por dios! -, Enserio que me completaba, cuando ponía su mano fría en mi cuello me helaba hasta los huesos y me encantaban los sucesos.

Aún recuerdo cuando la vi en aquella fiesta, llevaba un vestido guindo, traía unos tacones medianos, un bolso de mano, un saco color beis con un labial número tres, no habría palabra alguna para descifrar lo que mi alma quería gritar, era sin duda la más hermosa del lugar.

Aún así, no pude retenerla, no pude abrazarla, ni siquiera intenté hacer que me perdonara, ya han pasado cuatro años desde que me dio una carta diciendo que le gustaba, pasaron siete años desde que pude verla bailar en el colegio que por cierto bailó con una enorme pasión.

Pasaron doce años desde que la vi por primera vez entrando por una puerta mirando con cautela los alrededores como si se tratara de una pequeña yegua conociendo su establo.

Y no pasó ni un solo minuto en que me odiara por haberla lastimado, todo lo que quiero decirle es:

-Disculpa por haberte engañado y no pensar en cuanto sufrías.

-Disculpa por haberte hecho sentir insignificante.

-Disculpa por haber huido y haber roto tu corazón.

-Disculpa por haber fingido ser alguien que no era.

-Disculpa por haber hecho promesas que no cumpliré.