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Poemas mejor votados desde Marzo 04

poema

ARCHIPIÉLAGO

Bellas costas; cubana cayería,
Verde Caimán mirando hacia el Oriente
despierta su mirada al sol saliente
y se adorna la Isla de poesía.

Baña a Cuba los mares del Caribe,
preciosa india de larga cabellera,
piel quemada del monte y la pradera;
allí ama, ríe, canta, baila, vive.

Se alínea el cocotero; al sol recibe
que asoma victorioso en la ladera;
el gallo y su cantío lo percibe.

Se estremece mi patria y se concibe
fuego de cuerpos; ritmo de caderas
al toque del tambor...Nadie se cohíbe.

poema

Décimas de desamor

Vano es sorbo en vaso roto
que a mis labios aprisiona,
corazón que no razona
de tormento, soy devoto.
Dolor, sin apuro agoto
licor rojo de uva amarga,
que la soledad embarga.
No mana sangre en la herida
pesar que nunca se olvida
solo el tiempo, lo aletarga.

Flota sin rumbo el poema
en las aguas del olvido
llora el verso no leído
por una pasión que quema.
Es espina cruel emblema
de amor en rosa marchita
escrita en tinta maldita
con pluma de hora funesta.
No hay luna con luz dispuesta
para memoria no escrita.

poema

Tejas viejas

Las tejas guardaron silencio,
en el pasar de los años.
Ingratas goteras ocultaron
infames secretos.
Mudos testigos de inquietas soledades.
El grito nunca conoció salida al exterior.
Se ahogó en frías noches,
bajo el fuego del insomnio.
En madrugadas insolentes regadas de alcohol.
Una vida yerma de bajo provecho.
Anclada en puerto sin dueño,
bajo el amparo de las viejas tejas.
E. Escribano

poema

NO SOY EL AMOR DE TU VIDA

¿Cómo quieres mundo qué no sufra?

Si esto es un secreto,

el mayor de mi alma.

¿Cómo pretendes eso?

Todas las noches pido,

para que encuentres al amor de tu vida,

a pesar de que soy consciente de que no soy yo.

Pero no me quejo,

mereces ser feliz,

debes ser feliz,

quiero verte feliz

y para eso es necesario que te alejes de mi.

No, no te niegues,

puedo con eso y más,

por años pude verte a lo lejos,

puedo con eso,

no te preocupes.

¿Cómo quieres mundo qué no sufra?

Si cuando algo se acerca debo alejarlo,

no me pidas que no sufra,

no sé como actuar,

tú tampoco,

en un futuro nos arrepentiremos por no luchar,

por ahora.

Seguiremos como estamos

y aquí no pasó nada.

IARA MARÍA VILLEGAS.

poema

Dolor agudo

Dolor agudo de la herida abierta
hay en el dorado pardo de la tierra.
Recuerdo el pozo cegado y la noria
llena de nidos de pájaros, árbol
de hojalata detenido en el tiempo:
Mi dolor, menos sangre que rocío,
tenue se derrama por sus canjilones
en añorada ausencia; parece
que Dios haya cerrado la ventana.
Mi memoria hilvana puntos
que quedaron en sombras,
olor a moho en el desván del tiempo.
Marinero sin barco me extravío:
mezclo al muerto con el vivo,
el que jugaba ayer y hoy yace en el olvido.
Los recuerdos prenden como leños
en el fuego, tizones ardientes.
En Valdelabade, donde, en invierno,
el viento deambula aterido,
buscábamos nidos, bellotas,
siluetas reconocibles en las nubes.

(Garabato 34)

poema

Magia de amor

Era el motivo del sentimientos bonito.
Lejos, pero podía ver sus ojos con el alma y cada uno de mis pensamientos hacia su alma se inclinaba.
El corazón en sus latidos su nombre acompasado a mis oídos susurraba,
y no era más que eso...
el sentir de un amor que nunca fue
vuelto canción con melodía de nostalgia,
vuelto verso con aires de magia.

poema

Ofensa

Es fácil pedir perdón
cuando la herida ya está cerrada.
Con el pellejo cicatrizado,
rozar las durezas , asegura una piel curtida que parece no rasgarse
a primera vista.
Pero como el cuero curtido al sol,
se rompe de la sequedad que otorga
la falta hidratica de la ofensa.
E. Escribano

poema

POR CANTABRIA...DESAFIANTE.

Ese andar como: Lobo Solitario;
bosque frondoso, regalo natural
que te invita a un disfrute sin igual
siendo tu rutina y alimento diario.

Energía, entusiasmo...meditación;
prioridad de la pluma del Poeta,
su cámara, su vista está en la meta
con fuerza, disciplina, comprensión.

Saludas la hojarasca, la montaña,
al río caudaloso en su cantar
y la orilla feliz que allí se baña.

Caminar...Caminar es avanzar
al disfrute del sol que no te daña
y al arrullo del bosque en su danzar.