Alma rota

Prestaba sus besos
cada noche, cada madrugada
vestía su desnudez
con caricias pagadas
rodaba de boca en boca…
de cama en cama,
vendía su cuerpo
y a veces hasta lo regalaba.

Un día al mirarse en el espejo
se encontró sucia, manchada
y quiso lavar su pena
con el agua de sus lágrimas.

Se arreglo de indiferencia
como si nada pasara
y salió a la calle a buscar su alma
la encontró en una esquina
rota, ajada.

Recogió sus pedazos
y quiso arreglarla
pero ya no era la misma
estaba cambiada,
las grietas eran profundas
hasta sangraban.

Un lucero se le acercó
la miró a la cara
la besó en la frente
y le secó una lágrima
que por su rostro rodaba.

Le susurró muy bajito
como quién canta una nana
todos no equivocamos
comencemos de nada.

Se cogió de su brazo
se sentía afortunada
y se perdieron entre las estrellas
hablando del mañana.

Téura