Padre
Me acerqué al tipo.
Lo conocía de memoria.
Me acerqué una vez más,
como infinitas veces en esas noches.
Me acerqué. Nadie, salvo los que
lo conocíamos de memoria,
lo hubiese reconocido.
Me acerqué, me miró
desde ese cuerpo que ya no era: estaba.
Me acerqué cariñoso,
una vez más en ese instante,
como en casi todos
los instantes juntos.
Me acerqué.
Nos miramos profundo y en silencio,
él a la fuerza,
yo porque ya lo había dicho
y confesado todo.
Me acerqué, y esta vez
quería arrepentirme
de todas las veces que
le dije con los ojos:
“ya está… ya hiciste
y casi todo fue potente.
Ya está… anda”.
Me acerqué, y esta vez él
me dijo con los ojos: “ya está”.
Y así fue que me enseño lo relevante.
Ya está, nadie se va nunca.
Nota: hablaba el hijo del padre.
Comentarios & Opiniones
oh! acabo de darme cuenta que es mi texto 151!!!
Un hermoso estilo de escritura... poema bellamente logrado
saludos cordiales
Buen escrito, de profundo significado vital. Grato leerlo. Saludos.
GRACIAS LILIAN JOEL!!!!
Ohhhhhh Fantastico!