IMPULSOS

Qué impulso, qué arrebato me domina
Cuando el mar de tu alegría desborda
La costa de tu rostro, y como horda
De gigantes a mi alma se encamina.
El gracejo que tú rostro ilumina,
Hago mío subido en jaca torda
Que de filigranas mi vida borda,
Con la gracia de su danza equina.
Aquí me tienes cabalgando jaca
De deseo que al mando no obedece.
Dardo lanzado al viento que saca
De mi corazón: alarido que crece
Y crece: que lo hiere, que lo ataca,
Que acalla su clamor y lo enmudece...