HUBO UN DÍA QUE...

Hubo un tiempo...,
en el que era el amor
quien escribir me hacía.

Mas..., vinieron: tormentas,
truenos, rayos, lluvias,
que arrastraron el amor
por amplias ramblas de ruina.

Huerfano de besos y caricias,
escribo, sí.
Escribo y canto a la vida.

A la risa de un infante
en una cuna mecida,
a la hoja trémula
de ese árbol de la esquina
que titilea y suspira
por los besos de las brisas;
al murmullo de los campos,
al otoñar de las colinas.

Escribo, sí.
Escribo y canto a la vida.

A las rosas de picos
crecidas en el hogar
de las encinas,
que se abren y se cierran
con monótona sinfonía,
al chirriar de píos, píos,
cuando se acercan, celosas,
aladas aves que las cuidan.

Al almendro rosado,
que bajo enero tirita,
y entrega llorando lágrimas,
que caen dejando vida.

Al torbellino redondo,
que raudo en su redondez,
gira espiral en el hondo,
y sube rotando orondo,
emulador de las cimas.

A las flores diminutas
que le llaman campanillas,
al girasol altanero,
ornamento de las fincas,
al cervatillo que dormita
a la sombra de la encina.

Escribo, sí.
Escribo y canto a la vida.

Al labriego en la besana
encorvado en su fatiga,
que arranca de las entrañas
de esta tierra bendita:
el pan que le sustenta
y sustenta a su familia.

Al piconero nostálgico,
que roza y hace gavillas,
quemadas en gran hoguera
en las altas serranías.

Al asno fiel, amarrado,
que se come las espigas
de ese cereal silvestre
que de esta manera hace
que se esparzan sus semillas.

Escribo, sí
Escribo y canto a la vida.

Al mugido de los prados,
al campanario de la esquila,
al pastor que se deleita
con una flauta pajiza.

Al perro guardian, que cuida
atento de los rebaños,
al lobo astuto que mata
los corderos retrasados.

Al jornalero moreno,
preñado de viejos soles,
que con manos ateridas,
estruja en el mes de enero,
aceite a los olivares.

Al jinete que cabalga
alazán de cinco años
por tierras de Andalucía
y va contando las reses
que pastan entretenidas.

Escribo, sí.
Escribo y canto a la vida.

A la paloma torcaz,
a la paloma zurita,
al perdigón de la jaula,
y al que acude allí a la cita.

A las yuntas de romos
que arrastran troncos, y tiran
de los gigantescos árboles
que el leñador derriba.

Al erizo del castaño
que protege la semilla
entregada libre al suelo
que la humedece y germina.

Al hombre que vive ausente
apartado de la vida
encerrado en residencia
donde enfermo vomita
los grandes sin sabores
de sus luchas y conquistas.

Trasto viejo olvidado
de los hijos y familia
que rumia así sus pesares
con aquel que le visita.

Escribo, sí.
Escribo y canto a la vida.

A la infancia, a su inocencia,
fruto del amor nacida,
en sucesoria cadena,
eslabones de rutina.

Escribo, sí.
Porque escribir, me da vida.

Comentarios & Opiniones

Silvia

Inmensa!
Me la llevo,la robo para mí
La guardo en el corazón.
Brillante poeta!!!

Critica: 
Xio

Dios mio!!!Que belleza, que tremendo POETA, es una obra genial la que hoy nos compartes querido andaluz,suerte la nuestra que tenemos el placer de disfrutar tan hermosa lectura, un gran abrazo, feliz tarde.

Critica: 
Gis

"Escribo, sí.Escribo y canto a la vida. Porque escribir, me da vida". Eso también es amor, y a raudales. Una dicha poder leerle. Abrazos

Critica: 
Japi

Fabuloso, millones de aplausos, una gran obra digna de ser leida, me superencantó

Critica: 
Viki

Bella obra llena de luz y de sentimientos, un placer leer sus bellas letras,feliz Navidad y próspero año nuevo lleno de bendiciones, abrazos desde la distancia con cariño

Critica: 
Juan Antonio Conde Castro

Estimados y queridos poetas amigos: un día más les agradezco sus gratificantes comentarios que me llenan de satisfaccion. Silvia, me complace que se quede con este escrito. Recíbalo como mi regalo de Navidad.
Con mi afecto y cariño, reciban saludos

Critica: 
Juan Antonio Conde Castro

Cordiales, besos y abrazos para todos.
¡Feliz día de los Santos Inocentes!

Critica: