Arlequín

ARLEQUÍN
(Relato)

El día del amor y la amistad se apodera de un teatro antiguo. Paredes teñidas con telarañas y un fondo de música Chill Out. Tres espectadores con paraguas en mano comprando su boleto bajo la tranquila lluvia, para alimentar su alma con la función.
La función, que por más de veinte años había estado guardada en la bodega del olvido, dentro de un cofre despintado y roto, se añejaba un poema.

10:00 P.M. Y en el teatro “Soledad” no todo había concluido, aun faltaba la última actuación, y dos de sus espectadores ya se han marchado. Queda solamente un anciano, con mirada cristalina y labios temblorosos, rodeado por asientos vacíos, y un telón que aún no se abre, un telón color carmín, el color favorito de su amada, en segundos los recuerdos navegan en las olas del pasado.

Un Arlequín está por salir, lentamente las luces del teatro empiezan su siesta y el telón le brinda la bienvenida, a dos gotas negras pintadas en ojos tristes. El anciano con una mirada tierna como un niño con juguete nuevo, matiza los sentimientos con la silueta del actor. Con una máscara de cera, vestimenta de rombos y un acento italiano, dedica su poema al único espectador del teatro “Soledad”.

Soy yo,
soy el Arlequín…
que caminaba por las calles de tus labios,
soy el Arlequín…
que pintaba tu sonrisa con mis dos lágrimas,
soy el Arlequín…
que después de la lluvia yo limpiaba tu mirada,
tú siempre callada;
esperando tan solo una palabra de mi amada.

El anciano dice:
- Anda, vete a casa esta noche es muy fría y lluviosa, no pintes más tus lágrimas, todos somos el recuerdo de una persona pero el pasado queda atrás, cuando tengas mi edad recordarás estas palabras que tengo esta noche para ti. “Tu carne puede envejecer, pero nunca dejes que se envejezca tu alma por un recuerdo, Arlequín del teatro Soledad”.

Título: ARLEQUÍN
Autor: Ceuleman Jossimar Villacinda (Guatemala)
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