Más allá del significado

Hoy el cielo está gris, un gris tenue, un gris pesado, un gris triste… o quizá un gris normal, un gris sin sentido, sin emoción, un gris que es gris y nada más.

Se siente el olor a lluvia, los niños corren, se esconden, las madres apuradas a poner a salvo las ropas, los supersticiosos rezan porque creen que algo oscuro se aproxima, los enamorados se acurrucan entre sí como un caracol en su concha, otros tranquilos observan la lluvia caer, solos o acompañados de un cigarro o una copa de vino, y otros no les mueve un pelo…

A mí en lo personal, me gusta que llueva, el aroma a rocío, el sonido de la lluvia al chocar con las tejas, el frío que te obliga arroparte y disfrutar de un buen té, un café o un chocolate caliente, un ambiente nostálgico, aislado sin caer en la soledad, tal vez para leer un libro, o extraer la pulpa del cerebro hasta la médula usando el bolígrafo, hay algo romántico en la lluvia o quizá resulte yo ser el romántico.

Perspectiva le llaman, esa diferencia con la que observamos todo, a nuestro favor o en contra, el vaso medio lleno o medio vacío, el cielo gris para escribir o para llorar, o para ambas según sea el caso. Dependiendo de donde te encuentres variará tu perspectiva, pero a algunos se les olvida que se pueden mover y ven todo bien o todo mal, otros se mueven mucho y no se deciden nunca.

No todo es “eso” y ya, para muchos el lodo es solo lodo, para otros es un campo de juego o una fuente de arte, hay que ver que el oro no siempre es riqueza, y el amor no siempre es bueno, no todo significa algo, y mi disfrute tal vez es tu incomodidad, algo a tener en cuenta cada vez que se observe el cielo gris.

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