Triste despedida

No estas siquiera en mis pensamientos
siento la sombra de ti alejarse,
no logré escuchar tu respirar
y tus pisadas fueron tan suaves
que mis ojos no las tocaron.

Al recordar tu sonrisa
me paralice en llanto al saber
que no pude sentirte más.
Porque sin ti el sentido mismo
de la ubicación y la lógica
me abandonaron.

Ahora no hay camino trazado
ni yuntas o arados.
Los cerros desbordados en mi imaginación
aunque plasmados de sequía,
sienten la lluvia y un extraño incolor
con aroma peculiar, humedad.

Ya mi andar es liviano como el aire
no hay despedidas que no se sientan
pero ninguna como de esas
que no llegaron.