UN VAPOR BLINDADO

UN VAPOR BLINDADO
Resultaba insatisfactorio. Era un destiempo que no había visto, que no podía haber visto. Ella venía cuando él hasta ahora iba. Talvez fuera al revés, no importaba mucho. Era un destiempo que no lo dejaba satisfecho de ninguna manera y que no había querido aceptar. No podía.
Entró definitivamente en los cincuenta cuando aceptó que no podía retenerla. Se estaba haciendo viejo y solo se percató cuando notó que ya no quería reemplazarla. Aún no había aceptado que ya no podía.
Cuando ella llegó, aún él era una madurez confiada, voluptuosa, despreocupada. La aceptó graciosamente, como se acepta un merecido reconocimiento. Ni siquiera tardío. Ahora sabía que mucho de lo que había deseado sin lograr, podría lograrlo aunque ya no lo deseaba.
¿Pasaría de nuevo? No lo sabía, pero ya no tenía el ímpetu. Había probado esos placeres abisales y le pesaban los costos. Pesaban aunque no llegaba todavía la decrepitud. No obstante ahora tenía la sensación de comprender mejor lo que pasa entre un hombre y una mujer. Pudrición ha de ser el sinónimo de madurez.
Siempre quiso ser viejo; jugó a la madurez desde niño y ya podrido se dio cuenta de que podía haber sido un error. No hacía falta, la vida se vive de muy distintas maneras. Habrá quien considere alguna correcta, pero él quería que ello le tuviera sin cuidado. De cualquier forma, tarde o no, el viaje había alcanzado territorios poco frecuentes, tan solo entrevistos, y se consoló con ello.
El viaje. Sentía que había logrado ir y volver sin mayores heridas, casi sin cicatrices, que se había hundido en la tibieza más peligrosa y lograba regresar después de todo. Se engañaba, pero ya era tarde.
¿De qué tamaño eran las fisuras? ¿El calado afectaría la navegación? Aún no sabía. ¿Estaría haciendo agua? No es imposible, a ratos jugaba con la idea, pero ¿cómo manejarla? En verdad creía comprender mejor, pero ello no lo libraba, no lo blindaba, como dicen.
Un vapor blindado bombardeó lima en mil ochocientos sesenta y tantos, recordó sin precisar el año. Intentona monárquica que no logró su cometido y en cambio ratificó la pudrición de Hispanoamérica. Persistía el riesgo. Había cubiertas especialmente frágiles. Los flancos habían sido siempre especialmente débiles.
Por allí se había introducido: mientras haya teatro... Siempre lo hubo, pero habría podido decir, mientras haya tierra, o trabajo, o capital. Lo importante no era lo que hubiera, lo vio por fin, era el condicional que todo lo cubría. Podría haber lo que fuera siempre; el importe estaba en lo otro, pensó, y no era cierto. Lo verdaderamente GRAVE si era el teatro, o la tierra, o el trabajo, o el capital.

Comentarios & Opiniones

ÁNGEL MENDUIÑA IRIBARREN

Muy bueno y reflexivo tu relato. Abrazos.

Critica: 
La Dama Azul

Caballero, encuentro con gusto la lectura de vuestras obra, su estructura y las metáforas que la construyen. Todo un gusto de lectura.

Reciba cordiales saludos.

Critica: