Fantasmas
poema de Trinidad Catalan
No soy un fantasma que se esconde detrás de las puertas,
o entra a tientas en la medianoche.
No puedo rondarte ni hacerte llorar,
desarmar tu ánimo.
Las cuencas de mis ojos son tan profundas
que no necesité tijeras para abrir los ojos
en una sábana blanca.
Y más que flotar sin sentir,
siento los pies de tantos
y las miradas de todos en mis huesos pálidos y secos,
pero tiernos.
No he de abrir ventanas con mi aliento,
ni tocar con mis huesos sonido alguno.
Pero aún ando en la tierra, y mis huesos se rozan con la piel.
Y el hambre no me ha hecho
ni sabio ni bueno; me enturbia.
Muerto, veo con estas cuencas
vacías y enteras tu crimen
y el lerdo con las manos llenas.



