Flor y sombra.

Cómo un anillo sin dedos
Y la escarcha más enmohecida
El mundo fue un grito metálico
Aforismos de soledad confusa.

Lancé el corazón de arcilla en vajilla de lodo.
Qué bello es sentirle tan cerca
Aún estando su presencia tan lejana
Y sus ojos de atardecer clavados en el aire.

Querer aturdido en su regazo
Peñascos de granizo en los hombros
Invisible en la multitud de sombras
Era un marsupial oculto en un volcán.

Esa risa, esa risa tan agradable
Fue un túnel de rosas amarillas.

Aún le abraza mi voz en las mañanas
Y mis palomas mensajeras, susurran
Sus cantos favoritos desde lo lejos
Sonido de brisa entre los olivos.