Esencia de carretera.
No me faltará el aire que respira un lirio en primavera
Ni el silbido ronco del viento entre una fina arboleda.
Siento ser diáfano y diamantino
Con el pulso lacerado de repente
Y la fluidez de un rayo atravesado.
Palpo el aire que me abraza, que me mueve
Y sublime, veo las rocas y su musgo
Que se ha aterciopelado como vino en bodega.
No tiene fin el camino que me espera
Ni silla el corcel que de conducir
A los sabios designios de caballero
De caballero de armadura moteada
Por los visos de la existencia más plena.
Mis estocadas son finos golpes de bravura
Enardecidas por el saber de las batallas
Las más cruentas y avasallantes hazañas
Donde algunos se hunden en un sepulcro
Y otros bailan sobre cúmulos nevados
¡Qué no me falte en ellas afán de lucha!
Sombras perversas aguardan en las costas
En el laberíntico proseguir
Del curso volátil de la fortuna
En su azaroso póker de escrutinio.
Tras sortear la infamia maldita y recrudecida
Nunca me cansaré de suspirar al grande cielo
Y lisonjearme al ver mi pintura en sus muros
De seda tenue con finas pinceladas vivaces
Empapadas del fulgor de las glorias futuras
Y de la nostalgia hogareña del ayer.
Comentarios & Opiniones
Fantásticos versos, un placer leerlos, gracias por deleitar con tu arte.
Apreciado paisano,hermoso poema has plasmado para deleite de quienes gustamos de la buena poesía;te felicito y estrellas para ti saludos.
Hubert, Omar, ¡Gracias por sus cumplidos, significan mucho! Saludos.