MI AMIGO MI PASTOR

MI AMIGO MI PASTOR.

Hicieron leña del árbol caído
robaron tesoros del barco hundido,
le dispararon a muerte al soldado herido.

¿Quién no se equivoca? si errar es humano,
¿Quién perdona? si el perdón, es divino.
¿Porqué te fuiste soldado herido?
Guía de ladrones, endeudados y perdidos.

¿Cuántos llevaste a las plantas del Santo?
tus noches en vela, por ellos orando
de tus ojos hiciste un mar de llanto.

La gracia que había en tus labios
ya la quisieran los sabios,
y el poder que tenían tus palabras...

Transformaba vidas, sanaba almas.
Cayó de la gracia mi amigo,
y fue escarnio del enemigo;
de su debilidad se aprovechó, la mafia,
y llegó a su vida la desgracia.

¿Dónde estaban los afligidos,
cuando te viste perdido?
¿Dónde estaban los agraviados
cuando perdieron la luz, tus pasos?
.
¿Dónde estaban los ladrones,
cuando perdido estabas por los rincones?
Sólo juicio, sus labios proclamaron
¡Culpable! sus dedos señalaron!
Y el olvido cerró sus oídos,
la memoria no existe,
cuando el leño está podrido.

Te olvidaron los desconsolados
que paz recibieron estando a tu lado.
Te olvidaron los restaurados,
que firmeza obtuvieron,
y en fe fueron plantados.

Te olvidaron los enfermos
que en tus palabras sanidad encontraron.
Tus ojos dejaron de mirar al Santo,
¡ y caíste amigo!
te derribaron, hermano.

¡No sabes cuánto lamento,
no estuvo ahí, mi mano
y mi gemido no pudo,
hacer para ti vallado.

Mil cosas decir quería
en esos dolorosos días,
en que poco a poco
la vida se te iba.

Mil gracias, diría
a quien hizo renacer la fe en mi vida.
Cuando ya nada quería
Cuando estaba, perdida
cuando sólo huía, cuando estaba rendida.

Tu fe gigante en Dios,
del abismo profundo me rescató,
tu mano, con fuerzas me afirmó
y por caminos espinosos,
a correr, me enseñó.

Si algo queda de tu enseñanza
es en mi corazón, la esperanza
que con Cristo, nunca muere el alma.

Pastor, el dolor se llevó tu último aliento,
tu mirada de espanto ¡que dolió tanto!
¡Cuántas cosas pensaste!
tu vida entera es un mensaje.
Fe sin igual en tu vida llevaste,
nadie hasta hoy conozco
,que haya podido igualarte.

Mi amigo, mi hermano todo dejaste,
por la obra inmensa,
que para Dios, levantaste.

Él, es testigo de tu humanidad y fallaste.
Y quién es el hombre para juzgarte
que levante la piedra
y en frente de un espejo,
la arroje, si puede en su reflejo.

Porque todos fallamos eso es cierto,
Sólo Dios levanta y da vida a los muertos
y sólo Él le da vida a mis sentimientos.

Comentarios & Opiniones

Joelfortunato

Saludos y felicitaciones amplias. Bella obra de gran calidad sentimental y desarrollo hábil en un fondo filosófico de especial fe y esperanza con elementos religiosos tratados con habilidad. Agradable lectura. Gracias también por sus comentarios.

Critica: 
Silvia

Emociona tus letras, me encanto,saludos y besos.

Critica: 
Felix

Muy emotivo y gran pero gran hermosa obra! me encanto leerlo. Saludos y todas las estrellas!!

Critica: 
Leonardo Sarmhi.

Que hermosa obra; lleno de fe, esperanza, confianza. Letras reflexivas, para un buen pensar y actuar....El alma lo necesita....Me encanto tu obra tierna, amiga poetisa Mariposa,obra que nos invita a meditar...Reciba mis saludos y aprecio...!!!

Critica: 
Mac1965

Aplausos Mariposa, que precioso lo que has escrito...con tu permiso pero a mi biblioteca se va esta joya. Felicitaciones amiga, un abrazo para ti.

Critica: 
Mariposa en vuelo

Gracias compañeros por estar en mis letras y por el tiempo valioso que me regalan vuestras palabras. Un abrazo para todos...

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