DESAHOGO

DESAHOGO

Miro sus ojos y están distantes ¿en que sitio habrá dejado su corazón? Sus cienes están nevadas y aún no se da cuenta, el espejo le ha mentido y la que no tiene dueño le ha seducido con sus años menos, le ha cautivado, tanto que esta rompiendo sus cimientos, como si pudiera borrar años de alegrías en familia, de dolores y sufrimientos compartidos.

Como quisiera que quitara la venda de sus ojos y la viera tal cual es, pero no atiende a mis suplicas silentes, no oye mis gemidos ahogados, no habla conmigo ni yo le miro. No soy juez, pero quisiera castigar, no soy abogado y muchas veces quisiera defender, mas no puedo ni lo uno ni lo otro, me torturo a mi misma, tratando de romper mi carne, ¡he sangrado tanto!

Brota y brota en mis mejillas la cascada de la amargura y del dolor y el no ve, no escucha, no reacciona, solo corre tras la niña, la quiere arrullar, proteger, cuidar, como si lo necesitara.

¡Cómo no se da cuenta! Dios, ¿en verdad existes? Si lo vieras ha dejado sus ovejas por la niña que no es su hija, abandonó el campo lleno de pasto verde y aguas claras para su rebaño y se olvidó de cuidar y apacentar, ¿dónde irán sin su pastor? Sin embargo hurgando en sus ojos encuentro confusión, no entiende, ha perdido la paz y el equilibrio al soltarse de tu mano. El orgullo mio de ser su hermana se cae a pedacitos pulverizando mi alma.

¿Cómo le digo que sus pasos torpes están haciendo llagas en su prole? ¿Cómo le explico que se cae el cielo de vergüenza, porque el pastor perdió el cayado? Busco y no encuentro respuestas confuso esta su corazón de carne, la niña despertó su deseo y le alejó de sus principios, de las virtudes engendradas en su alma cuando decidió seguir las huellas del Maestro. Rompió sus promesas y la verdad se apartó de su boca.

Mas continúo aquí en mi desasosiego, inventando salidas que lo alejen de las llamas tiemblo ante el asombro de mis pupilas. Me pregunto ¿Dónde está el pastor de voz dulce? ¿El consejero, amigo y hermano? ¿Por qué ya no tiene la espada en su boca? ¿Se la tragó acaso? O ¿le rompió sus labios?

Acállenme los sollozos que duele tanto esta herida quisiera la hoguera para la niña, a veces suelo ser cruel, ella esta también ciega, no aprendió nada de sus ancestros vaga como el dolor de mis entrañas, ¡cómo apuntarla si no me quedan dedos!

Maldita vida que me tocó vivir, soledad de salmos y proverbios si ya los había aprendido y digo ¿para que? Igual las llamas le queman la piel a mi hermano y me rompen los principios que en otrora emergieron de su boca sabia. Ya no quiero oír más, quiero arrancarme esa simiente que esta en la tierra de mi alma, pensaba pisotearla pero pienso si de veras tiene algún sentido, desandar lo andado.

Tal vez ya fui vomitada. Tal vez soy una maldita por la lucha perdida. Me cuesta tanto comprender lo incomprensible, se tuercen mis huesos y se añejan mis años deseaba tanto un final feliz, tengo mi príncipe un castillo en el aire y tantos sueños por cumplir…
Y ¿dónde se quedó el pastor que cargaba a la perniquebrada? ¿El que dijo que la coja no se salga del camino hasta que sea curada? Vino el lobo disfrazado de niña y desvió su mirada su corazón y su alma.
¿En qué lugar del camino estoy que no le veo? Sáquenme esta carga que no es mía no quiero llevar este yugo, rompe mi espalda y sangra como si me azotasen tengo llagas que no me corresponden y lloro lagrimas de otros.

Gimiendo paso mis días por un pecado que no cometí, o tal vez si, no lo sé, ¡Cómo duele esta pena que me embarga, rasgarme el corazón es poco, si ya no lo siento, no hay latidos, solo silencios de tumbas vacías.

Sepulcros que hieden adornados de flores aromatizadas, para resguardar la fetidez de lo interno, ya no quiero mas caminar por este rumbo, alguna vez fui ciega, pero, mis ojos fueron abiertos y vi el cielo su mano poderosa me ato a su piel blanca. Me amó como yo a él y desde ese día su brazo fuerte me sostiene, sin embargo estas vueltas me marean, las curvas del camino, y sus tropiezos, las piedras, los sin sabores, en fin todo se dilata, se oscurece y el día declina viene la dama de la noche y ya no hay sueños ni esperanzas, sucumbe mi estadía, ¡¡¡me muero en el destierro yo que creía que el cielo era infinito!!!

Comentarios & Opiniones

Lorena Rioseco Palacios

Un desahogo del alma, un respiro del corazón, felicitaciones poetisa, estrellas,seguiré leyéndote y te invito a pasar por mi poesía,cariños!!!

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María Lourdes

Que tristes versos y desoladora historia, a veces las falsas ilusiones ciegan al corazón, te felicito Mariposa, un gusto pasar por tus letras, un gran abrazo.

Critica: 
Mariposa en vuelo

Gracias Lorena, un gran abrazo..

Critica: 
Mariposa en vuelo

Gracias María Louurdes, así no más, un mal tiempo que gracias a Dios ya pasó y no fue más que eso...

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