¿Eras tú?

¿Eras tú?
Ayer creo que te vi paseando por la Rambla con la melena suelta y con tu vestido rojo.
Por un momento pensé acercarme y decirte un “¡Hola! ¿Cómo te va la vida?”. Pero me quedé mirando como caminabas tan segura de ti misma.
Entonces percibí que ya no me necesitabas.
Quizás mi error fue pensar que sin mí no podrías vivir.
Hubo un segundo en que me puse celoso al ver cómo te miraban al pasar.
Incluso llegué a dudar de si todo lo que hacías era porque sabías que yo te estaba contemplando.