Mi culpa es

Sentí dolor cuando tu amor por mí acabó de fenecer,
Experimenté muchas cosas debido a mi carácter azaroso,
Levité más allá de mis sentidos al tenerte en el anochecer,
Al percibir la excelsitud de tu aroma casi neblinoso,
Y tocar tu cuerpo precioso, cálido como el verano en su amanecer.

Tus labios como un buril a mi metálico cuerpo lo grabaron a fuego,
En la bóveda cóncava de tu vientre sembré las semillas de mis besos,
Destinado estaba a verte partir por causa de mi insano ego,
Desde ese momento comenzó la soledad a alancear cada uno de mis huesos,
Y en cada recuerdo de ti, mis pensamientos están presos sin desapego.

Con una astenia descomunal en mi mano derecha,
Intentaba atraparte en una ilusión que te bañaba de intangibilidad,
Viendo a tu cabello alazán alejarse, dejaste en mi ser, por cada segundo una brecha,
Contemplando a tu pelo azafrán escaparse, descendiste a cero una nueva posibilidad.

Es mi culpa si ahora me limito a estar encerrado en una penumbra fría,
No es tu culpa si en este momento me invade la pena y el llanto,
No culpo a nadie, excepto a mí por ser incapaz de reaccionar ante aquel día,
Me culpo y me olvido de mi culpa al recordar tu amor como un manto,
Te pido con todo mi corazón que me disculpes, es que fuiste mi alegría,
Fuiste un elíxir de dulzura y simpatía, y yo fui para ti una hiel de traición y quebranto.