Del otro lado

poema de Leo

Somos la caricia no recibida, el frio no abrigado, el silencio no llenado
Y en la noche el rostro deformado de el guardian de un paraíso cerrado nos mira triste
Porque recuerda el aura de nuestra sonrisa, la melodía de nuestras risas, la llama de alegría que encendía la luz que nutria su alma, vieja, nostálgica y callada.

Los años nos pesan, nos encierra y nos amarga
Por eso el nos abre la puerta una vez antes de la mañana

La caricia de el viento de las montañas, el abrigo de la ignorancia y el silencio es el reino de alabanzas a la alegría, la gracia y la esperanza
Hacia el jardín vamos… libres de ataduras, bajo un sol … bajo un calor, junto a flores, fuentes, quizá también ficciones inocentes

Una confusión tan grande que olvidamos olvidar, una soledad sin pedazos de mi corazón que romper ya
Pero aun así no culpo a ese guardian al despertar
Porque ambos sentimos la hora llegar, y el dolor le quita gravedad