HONEY

Sentí tus muslos en mis pómulos
tan fríos y a la vez como el fuego
que rodea el agua caliente.

A veces sentía un beso tuyo
para sentirme tuyo
y a veces te escuchaba hablar
para sentirte mía.

No es que estemos encarcelados,
es que prefiero todo contigo
a ser preso ajeno,
tan fácil como cuando un abrazo
tuyo se vuelve un caos en punto
de nuestro amor
o un abrazo mío se vuelve tuyo
en punto de nuestro calor.