COMO UNA MIERDA PARTIDA EN DOS

Cada día que transcurre es como si se amontonasen diez años en mi vida.
Llego a casa, me quito la corbata, me instalo en el comedor
y me doy cuenta que soy una silla más en la soledad de esas paredes
que se agrandan empequeñeciéndolo todo.

Los sonidos se agudizan en el espacio vacío,
parece que con cada segundo me transformo en un amplificador
a tal punto que claramente escucho el goteo del descompuesto lavaplatos;
espero que suene el teléfono para que rompa la monotonía de las gotas que se escapan.

Pero es en vano, nadie llama, parece que no existo,
que nadie me conoce, que no tengo un solo amigo,
me siento como un fantasma
y me asusto de mi mismo.

Y ahí está, abandonado el reloj en la pared
recordándome que el tiempo pasa y con cada segundo mi vida
como si me dijera que se me hace tarde para algo pero...no...
más allá no hay nada y las horas...sólo pasan.

El frío, me llega hasta los tuétanos, lo siento intensamente
a más de en mi cuerpo, en mi alma esperanzada
es que la soledad, callada como ella sola, es helada, me hace tiritar,
estoy en un estado de hipotermia que no doy un paso más.

Las calles, ahora más que ayer, tienen sentidos,
me escuchan, me hablan y sienten mi caminar incierto,
respiran mi mismo aire, me comprenden
y lo más importante, no insisten en preguntarme nada.

Me reconocen tal como soy, no se avergüenzan de mí,
me dejan ir y venir platicando a solas mis sueños
y casi siempre soportan mi cobardía, dejan que me camufle entre la gente
y reciben, sin más, las lágrimas que hasta ayer me contenía.

No sé hasta cuando me harán sentir que están conmigo
espero que no sean como todos mis "amigos" que están pero en realidad no los miro
quizás porque siempre comparo mi interior con su exterior
esperando algo para ellos desconocido.

Y no los culpo porque en todo caso soy yo el extraño,
yo el que busco esa diferencia al parecer imperceptible,
yo el que confundo lo blanco con lo negro,
yo quien pretendo encontrar algo que no existe.

Es que ya no queda nada, de la madeja de la felicidad se han enredado los hilos,
he gastado media vida intentando encontrar el inicio
pero en este tapete de deseos, anudado con fibras de colores,
las formas y figuras no aparecen y todo se reduce a nudos y a parches.

Y en medio de todo, quise decir del lodo,
me siento inservible, desechable, desprendible,
me siento cuatro de tres veces como una mierda partida en dos.
¡Cuánto cambiaría mi vida si me permitieras amarte!

Comentarios & Opiniones

Silvia

Que tristes letras,pero un vacío en el alma,eso se remedia con solo abrirse sinceramente ante el otro,muy buenas reflexiones saludos y beso.

Critica: 
Alba P Cuellar

Hermoso pero me has dejado con ganas de darte un abrazo para quitarte ese frio darte la llamada que rompa la monotonía del silencio siempre la felicidad esta ahi en ese fondo donde llegas y no conoces adentro tuyo poeta .ers grande intenso y unico

Critica: 
María del Rocío

Que belleza tan profunda hay en su pluma, Juan Carlos es muy agradable pasar a ver su bello arte. Le saludo

Critica: 
JUAN CARLOS CADENA

Quizás tengas razón Silvia. Llevamos tanto tiempo siendo de tal manera, pensamos que es la correcta pero siempre hay algo que nos hace ver que no es así...es muy difícil abrirse totalmente. un abrazo. Gracias por estar por acá.

Critica: 
JUAN CARLOS CADENA

¿Te has quedado con ganas de darme ese abrazo?,déjame que sea yo quien te lo envíe Alba, te mando un gran gran abrazo. Gracias por leer y sobre todo por tus generosos comentarios.

Critica: 
JUAN CARLOS CADENA

Es muy amable María del Rocío, agradezco y aprecio mucho sus palabras. Saludos también.

Critica: 
Maria P Gallo

Maravilloso!! Creo que muchos y muchas nos hemos sentido así, como una mierda partida en dos, fascinante!! jejeje yo no lo hubiera podido expresar mejor. Felicitaciones.

Critica: 
JUAN CARLOS CADENA

Jejeje, gracias por comentar María P Gallo, un poco fuerte la expresión pero en ese momento esas fueron las mejores palabras que me ayudaban a expresar como me sentía. Un abrazo poetisa.

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