Machina animata

Y así fue como en una levedad hecha día
Nietzsche corre y llora desconsolado
para acallar y cargar con la voz del dolor ajeno,
abrasado del curtido y flagelado cuello
del animal avergonzado por las disculpas ofrecidas
quizás a destiempo, quizás sin contrapeso,
fue así como este instante produjo el "click exacto"
para emprender un viaje sin retorno
inmerso hacia la cuerda locura
que supo cobijar la postura del sabio desahuciado
en el silencio más real, en la contradicción hecha pensamiento,
¡oh hermanos, oh amigos míos,
por favor créanme, créanme que lo intento!,
pero cada día me siento: crucificado, desterrado, emancipado
y a la vez totalmente sanado de este hastió palpitante
superficialmente hecho carne
del que tomó revancha sin declararse a sí mismo,
porque solo Descartes
conoce el engranaje fundido que hace ruido,
eso es por cierto la seguridad del individuo
a no temer al ridículo opresivo
que se ha manufacturado por tantas décadas
como una lengua prosaica que se ha mordido,
yo, yo pido perdón
en nombre de todos los silenciados y los consumidos
drenados en forma horaria por esta granja prefabricada
llamada erróneamente: ¡hogar, dulce hogar!,
porque, así como lo decidió Edipo
sus ojos cegados por el cruel destino
supieron conservar mancillado
el incestuoso linaje hasta el amanecer pudoroso
para no volver nunca más a la ciudad del pecado original,
("les escribo desde el jardín de las delicias...")