Dos diamantes

poema de Flanco.

Como dos pequeños diamantes
me cautivó tu mirada
llevándome a lugares lejanos
en donde mi fantasía mandaba.
Recorrí los bosques silenciosos
del atardecer sereno
y los valles bulliciosos
cuando la mañana llegaba,
trepé por las colinas
me deslicé por sus faldas,
navegué en la proa de la noche
hasta las regiones antárticas,
crucé los océanos apacibles
y sus tormentas agresivas,
pero allí estaban
esos dos luceros luminosos
que señalaban mi camino
como dos faros fosforescentes
llamándome a tierra firma.
Tus ojos me han prendado
a tu alegría arrolladora
y los míos se sumergen
en tu mirada divina
tu mirada que me atrae
de manera inexplicable
me provoca a que te abrace
y te colme de caricias,
pero eres inalcansable.
Aquí muere mi ilusión
y regreso de nuevo a la tierra
después de haber querido
con mis manos, coger una estrella.