Bendecido.

poema de Edwin Paul

Eres la primavera que habita en mí,
la orilla que me envuelve y me abraza,
la tormenta azucarada de mi pensamiento,
la brisa de paz en mi felicidad...
No hay tiempo para no desearte,
eres mi prioridad y mi anhelo
en forma de pétalos rojos,
mi sombra en mis espejos,
la voz de amor que me suena
desde antes de la noche en que te ví ...
Llevo tu reflejo en todos mis instantes
y mi soledad ya no lo es, porque está tu brillo;
es que llegué para quedarme en tí
y beberte suavemente sin agotarme…
Le amo ahora, y ya le amé antes...
Quiero besar tus pechos con ternura,
seguir tus pasos hasta el otro lado del mar,
abrirme a tu luz desde tus pupilas
hasta mi sístole y mi diástole,
y en tu silencio encontrarme bendecido.
©.