Comienzos y omegas

No hay nadie cerca,
en ningún rincón desterrado,
en ninguna grieta detallada en la pared,
en un solo segundo,
dibujado en los rostros sin memoria,
no hay nadie,
nadie alrededor.

Las fiestas vividas,
la bulla guardada,
el banquete perdido,
la belleza del silencio
heredero del recital;
los pasos,
incluso el polvo,
hermanado al escenario en ese trozo de realidad;
son joyas en un tesoro privado;
pero ahora estás solo,
cuidando con ahínco una sombra hermosa,
preciosa, pero frágil,
casi inexistente,
una sombra de lo que el universo fue,
y una sola lágrima tuya,
acompaña la belleza de una noche postrera,
la noche de un día áspero,
la noche de una jornada partida por el dolor...

Ya no te queda más que un abrazo que se enfría,
que se queda en tus latidos,
que débiles, golpean la vida,
la fe, y la oxidada pasión,
roja como espada de guerrero viejo,
golpean, tal vez,
por última vez,
el regocijo simple de una vida en medio del horizonte,
una visión eterna,
un espacio en el frugal edén de alquiler.

Golpean tan frecuentemente,
tan rápido,
indesmayablemente,
el portón de lo absoluto,
con la tierna seguridad de lo experimentado;
la comedia, la tragedia,
el grito, el consuelo,
la lluvia y el miedo,
un futuro, ahora como fantasía,
una danza final...

Probablemente sin dejar de reír...
Balbuceas una frase,
con el ánimo escondido, disfrazado:

"Adiós hermanos..."

La sombra ya no es sino la misma luz.

Comentarios & Opiniones

Xio

Hola David, siempre con ese decir profundo, talentoso, analítico, muy buena obra; es un gusto encontrarte por aquí, un abrazo hasta Perú, feliz día querido amigo, deseo estés bien.

Critica: 
Centinela Azul

Dama Xio, muchas gracias por su comentario, me halaga y me sube el ánimo.

Critica: