DCC0021

DCC0021
Los recuerdos casi nunca se hacen claros, pero supongo que se comienza con fechas y a su vez presentarnos.
Mi nombre sobra y la edad solo son años así que prefiero escribir esta historia con metáforas y sin sonar a paradoja, al llegar aquí hacia frio, supongo que me cubrieron y comencé a “vivir” sin previo aviso. En los primeros días no parecía ser divertido y con el paso del tiempo me presentan al señor sufrimiento...lo que un día llamamos hogar se quemó en las llamas de una mujer que no se sabía controlar, el cariño que recibimos se quedó en un baúl bajo llave en un alojamiento perdido.
Eran días escasos, silenciosos y con ruidos un poco extraños, ¿cómo hacia ruido tanto silencio? Se escuchaba el eco de promesas vacías y las voces de ausentes que no regresaban de su primera estadía, se suponía vendría la prosperidad, los cambios y dejar atrás todo tipo de malestar.

Sigue pasando el tiempo, pero señor sufrimiento insiste en quedarse, cambios no aparece y promesas siguen perdidas, seguíamos en la búsqueda de alivio innato, pero con el paso en el tiempo nos perdíamos y nos hacíamos daño...el ausente gritaba con fuerza y el presente se había quedado mudo, en mi futuro veía pastillas que enferman la mente y silencian almas que ya se dan por perdidas, no sé cómo explicar al señor lector lo que ausente quería tampoco entiendo como sin estar presente dejaba mensajes y jamás se despedía.
Cuando me pierdo en el tiempo escribo algunas historias, ahora mismo trato de averiguar cómo formar un texto donde se habla del tácito, pero aun así lo podamos identificar. Soy el conjunto de letras que quedaron perdidas en la oración, que forman conectores, pero no definen su contexto u orientación, soy el miedo que nace de una nada infinita y los nervios que se encuentran en la cima del abismo con caída libre y sin tener paracaídas. Hablamos mucho de soy y nada de dónde vengo, pero en la lejanía de mis ideas las palabras se desvanecen como mis sueños en cada tormenta, llueve muy fuerte y se encharcan mis retinas, se inunda mi refugio provocándome ahogo sin permitirme auxilio o pedir compañía.
En el dia a dia sobrevivo a la frase “un dia a la vez”, quemando neuronas pensando en un futuro que se desvanece a cada segundo sin dejar rastro ni hablar de lo que fue. sigue pasando el tiempo pero señor sufrimiento insiste en quedarse aunque suene algo redundante...