Una de aventuras...

poema de Cuentista

LA LEYENDA DEL CORAZÓN RUBÍ

Palpitaba fastuoso un sublime corazón
trepidante sobre pecho en ingente colosal,
colorado en pulcro rojo de palpable carmesí
trepidaba por su hidalga en el límite abisal.
Y era ella una gran noble quien amaba a un fiel vasallo
de un estrenuo ¡de un hercúleo corazón!
Que en vigilias cortejaba a su ansiada y su razón,
ondulada luz nocturna protegía aquel amor
desde luna que no hablaba en celeste resplandor,
de honorable valeroso era insigne el corazón
en las tierras que habitaban estos cuerpos cuales dos.
Él la amaba paladín en el manto terrenal
que ocupaba cautelosa aquella hermosa señorial,
torna, vuelve pronto junto a mí
postulaban los amantes de ese corazón rubí.
Que grandeza jamás vi en correcto adalid
que belleza predilecta bajo un cielo amor turquí,
con espada tronadora defendía tal pasión
y un torrente de emoción suspiraba su flechada.
¡Juro! ¡Trueno! Y no lo niego, que se amaron sin remedio
en las aguas imparables que latía el corazón.
Este roble fue testigo serenado hablo y digo
de aquel hombre quien amó, a mujer enamorada
¡De señora quien vivió! Por señor que más la quiso,
este roble recitó, la leyenda de dos almas…
con un corazón rubí.

"Cuentista".