CASUALIDAD EN SOLEDAD

¿Coincidir?
¿Casualidad?
¿Magia?

Curiosa es la magia con la que el universo danza, con la que juega el cosmos,
qué exactitud puede existir para que dos seres, nacidos del barro de la madre tierra
y moldeados por su figura suave y tenue, se encuentren en un mundo
donde el caos y el desorden reinan,
donde se derrocha lo innecesario y falta lo esencial.

En un mundo de oscuridad, intenté ser detective,
siguiendo las huellas de mi ilusión, que portaba tu figura,
donde intentas correr tras lo que ya te atrapa a ti,
donde aquel suspiro se convierte en tu voz
y el miedo se funde en sombra sobre mi imagen.

¿Casualidad?
Dudo que el universo en el que habitas sea una casualidad,
pues nunca el rayo cae dos veces en el mismo sitio,
ni el amor se posa en la misma alma.
Pero aquí entra el juego: enamorar, conquistar aquello que te roba el sueño.

¿Qué tan místico fue encontrarte allí, sentado en la nada, esperando ser todo,
hablando con la soledad, cuando yo llevaba conmigo la compañía y el amor?
Donde mi luz arropa tu mundo,
y tu voz resuena en el mío.

Tiempo es lo que tenemos, pero dejamos ir sin saber,
siguiendo intereses ajenos, olvidando los propios.
Qué tontos solemos ser,
vivir años sin sentirlo todo,
sin hacer vibrar el corazón ni temblar las piernas,
sin sudar las manos ni tartamudear al escuchar un “Hola”
qué irónico es no tener dudas,
o sentir que el corazón se te escapa cuando su silueta se posa frente a la tuya.

En un mundo de caos, te encontré, esperando que tu mundo fuera yo,
y yo, queriendo crear el tuyo,
a través de un roce y una mirada.