Epifanía

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Epifanía

Ahora es cuando me doy cuenta de que nunca nos quisimos.
Cuando ya no estás.

No aparecías en tus besos.
Hacías el amor con tus palabras porque tu cuerpo te quedaba demasiado lejos,
y yo me abrazaba al vacío
hasta que la soledad venía a acompañarnos.

Los fantasmas andan sueltos en mi casa,
buscan la salvación que tiene la nostalgia
y mueren de pie, como tú misma.

Ahora cuando sólo nos vemos en un recuerdo que no entiendo,
que tus engaños y mis engaños ya no tienen una cita prohibida,
que no estás para mentirme y yo no estoy para engañarme,
alzó la copa de mi amor inexistente
y brindó por tu memoria,
dulce y tormentosa desconocida.