Cosas de la vida

Los días pasan desapercividos.

Lo que alguna vez fue nuestro presente se espuma y se convierte en una parte del pasado.

El tiempo corre, avanza, y se detiene para ir más despacio y recordar.

Los malos tiempos se van y vuelven, como el sol a lo largo del día.

Los colores aparecen en nuestra sonrisa y se van opacando al pasar las horas.

Las lágrimas duran años y se van cuando decidimos olvidarlas, comenzar de nuevo.

Nos sorprenden las oportunidades, las tristezas, las verdades del planeta, nos sorprende el destino, el amor, la luz y la oscuridad, nos sorprende la vida con cada paso que damos.

Reimos, lloramos, amamos, tememos, nos enojamos, odiamos, y eso que parece tan importante en el momento, lo olvidamos, lo dejamos atrás, como una roca que vemos en el camino.

Nos dejamos arrastrar por las olas del océano, por los vientos de un bosque, por la nieve del invierno, y paramos al ver que llegó el fin del viaje, y olvidamos.

Festejamos un logro y lloramos una perdida, pero la verdad es que cuando algo se gana, algo se pierde.

Hoy yo escribo, canto, bailo, río.
Y mañana lloraré, gritaré, me desesperaré, y la verdad, es que no sé porque, tal vez no haya razón, simplemente son cosas de la vida.