Alabanza
A Maximiliano
I
manos
que nombraron a mis ojos en la ligera noche de abril
caricias
que hicieron huír a los hacedores de la muerte
labios
que besaron a otros labios que besaron a otros labios
mano
que guió mi mano en llamas y la llevó al encuentro apacible de los sexos
II
ni la belleza de Antinoo te hace sombra
ni la fuerza de Adriano te es extraña
pues belleza y fuerza te enoblecen
un poco más y has caminado el mundo
(el jardín que cada noche pongo bajo tu almohada)
yo te distingo cada vez que te nombro
entonces tu nombre aquieta las cosas y las hace únicas
tengo abierta la puerta para compartir la música que fatigan los altos navíos
cuando pasean al borde de colores y dan vida
te regalo mi perro de cobre
y mi corazón
que hace tiempo gira alrededor de la tierra
también el ave que canta en la siesta diciendo sus amores
ven
con tus largos dedos mojados en la lluvia
y échate al río
deseo la desnudez de tu cuerpo
sentir cómo tu cuerpo habla en cada rincón del mío
mientras
animales de ojos titilantes te observan y recitan
aquellos versos que inventamos en dos noches seguidas
cuando el frío se retiraba
pobre y vencido
(Direc.Nac.del Derecho de autor.G.C.)
Comentarios & Opiniones
Hermoso poema, Guillermo! Me dejé atrapar desde el primer verso, y adoré el final! Abrazo!
Gracias Lucia; es bueno recibir comentarios como el tuyo.
Abrazo
Guille