Mi sol.
Imprevistos rayos de sol, tiernos y amorosos en medio del temporal,
besan las hojas demacradas de la única flor en un jardín descuidado,
la que se mantiene erguida meneandose al son de los silbidos sordos de la brisa.
Un susurro sonroja a los pétalos sin color
quitandole el dolor del invierno que pasó
recordando que la primavera llegó y no es más que un nubarrón.
Su calidez enterneció el pequeño botón de la silvestre flor,
Que su antesis cedió frente a angelical astro,
por su tan grande amor, floreció.
La primavera no es eterna pensó la agradecida flor, pero no le importó, porque eterna compañía el dulce sol le ofreció.
Nuestra existencia está entrelazada, sin ti es inútil vivir,
sin tu amor la vida no sería vida y
sin tu amor le falta fuerza al corazón le aseguró la flor, y sentenció : Eres la estrella que ilumina mi ser y sin tu amor nada soy.