La poesía no es Commodity.

La poesía no es Commodity.
Es momento que espera y se multiplica,
explosiones del silencio al acecho,
implosiones del espíritu.
Paciente como una gota de agua,
voraz como el fuego de verano.
Arcoíris de sentimientos monocromáticos,
orquestas tras la vidriera,
cinematografía silente del verbo.

La poesía no es Monopolio.
Parte de todo y es de todos,
sin ser de nada, ni de nadie.
Su valor facial,
una sonrisa, un silencio, una lagrima.
Su unidad de intercambio,
el papel, la voz, fotones saltarines en las pupilas.
Existe cuando se comparte,
respira cuando se recuerda,
inverna entre sabanas de pulpa
en un estante,
sinapsis dormidas en el alba,
Nano Jules en estampida sostenida.

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