Una carta para alguien más
A quien leyera:
Me encuentro en medio de una larga noche, debo estar despierto muy temprano pero no consigo dormir; estoy sediento y nervioso, cada que termino un pensamiento cierro los ojos como diciendo que no debería seguir pensando, pero mi conciencia responde con un nuevo pensamiento. Tengo mis errores y mis viejos sueños. ¿Conoces las ganas de no querer hablar el resto de la vida? Me refiero a no mencionar una palabra, a no opinar, no decir, no responder, no dialogar, no iniciar una conversación, no tenerlas, si le dijera a mi padre que no quiero hablar y que dejaré de hacerlo me tomaría por tonto y loco, seguro soltaría un sermón diciendone que tengo miedo, y tiene razón, no tengo deseo de que se me escuche, no diré algo importante, no mencionaré algo que valga la pena. "Cortame la lengua antes de que me vea" le digo a mis adentros. Le respondería con la mirada, y el me diría que hay algo mal con mis ojos, aparte del astigmatismo, Entonces respiraria muy fuerte haciendo notar que estoy presente, y el me diría que respiro mal, haría ruidos y señas con mis manos, y el diría que mis manos no tienen valor, diría que nunca trabajé, entonces... Si mis ojos no le pueden responder, si mis manos tiemblan en su presencia, si mi respiración se detiene con él al frente. ¿Cómo le puedo decir lo que siento? ¿Cómo le diré a mi padre que lo quiero? ¿Él cómo sabrá que es verdad?. "Tú me intimidas, tú eres uno de mis mayores temores, no quiero ser como tú, aprendí mucho de ti, aunque tú digas "tendrás una casa, lo tendrás todo y no sabrás nada" yo sé lo que vi de ti, yo conozco tus preguntas, conozco el padre que fuiste porque yo soy tu hijo, este miedo no se compara al miedo de perder la vida, este miedo es aún peor pues no me deja vivir, siempre con el temor de fallar, siempre pensando en tu mirada de decepción. ¿Por qué dices que estás orgulloso de mi? ¿Qué te da orgullo? ¿Por qué mencionas palabras tan vacías? ¿Por qué mientes? Siempre me dices que no se le puede mentir a nadie, que solo se miente uno mismo, y yo me miento, me engaño para dormir, tengo que aceptar que no soy nada porque tú lo dijiste, tengo que aceptar que no sé nada porque tú lo dijiste y no confío en mi, no creo en nada, nada es mío. Cada migaja de amor que yo mismo me daba te encargabas de botarla, y yo tan hambriento.
Tu manera de ver el mundo le quitaba su belleza, y por un momento me creí igual a ti, por un momento no fui yo, y fui lo que querías que fuese, aunque tú querías que yo sea el mejor. Yo soy Diego, no reconozco nada más, pero hasta ese nombre fue el que tú me diste. Esto que noto al escribir no es odio,
Yo nunca te odié, te tuve miedo pero jamás te odié.
Yo te quise como un hijo quiere a un padre y te seguiré queriendo de la misma manera. Esto que siento no sé lo que es, pero no es bueno, porque me quema, yo no perdono nada porque no eres culpable de nada, el único que no supo que hacer fui yo. Tengo el tiempo exacto, faltan 4 horas y 3 minutos para que te levantes y me podrás ver, y me notarás distinto, cada pequeño momento de valor que tuve antes se me juntó, hay algo dentro mío que empuja en contra de la tristeza que quiere entrar, empuja con la mismas ganas que tengo de seguir viviendo.
-Tu sangre
Comentarios & Opiniones
Muy buena prosa la tuya. Muchas gracias por pasar a leerme!!!