Fugaces

Silencio y una solemne oscuridad
Arropando las calles de una desierta avenida.
Difuntos los minutos que se viven en las madrugadas,
Fumando instantes de locuras.
Quedaran dibujados solo en retratos mentales.
Somos como gatos hurgando
En pipotes de basuras
Esperando que la suerte se acuerde de nuestra existencia
Aprovechando el asecho del miedo,
Tomando ventaja de lo que no se quiere.
Una esquina iluminada en penurias por un farol.
Un banco viejo testigo de miles de amores y
Solo necesitamos nuestra presencia
Para una breve historia de amor.
Una respiración entre cortada
Por besos desenfrenados que añoraban su contacto.
Nuestras manos enlazando un nudo
Y nuestros ojos cerrados imaginando un lugar mejor.
Tal vez hasta se nos haga imposible
Pensar en otro lugar que no sea este.
Hay estas tu aquí estoy yo,
Somos hijos de la nada
Más las palabras mueren en el mismo instante
Que logran salir de nuestros labios.
Las manos sudan,
Bañadas en tanto frio.
No se siente más que una sola alma
No se escucha más que un solo corazón.
No hemos cometido ningún delito
Más nos sentimos culpables
Al intentar ocultar tanta pasión.
Como fantasmas se ve
Por última vez nuestras siluetas
Tomaste al norte mientras decidí ir al sur.
Y desde ese entonces solo la luna fue testigo
Del desprendimiento de nuestras al almas
Y la división del que era un solo corazón.