El sabio

El sabio no es aquel que busca doblegar la palabra de otro, mas sabe que su bienestar viene a causa de su creencia.
El sabio calla, observa y analiza pero no opina. No le interesan debates que otro no pueda comprender.
El sabio sabe que no importa si el camino es largo o cortó, solo le interesa lo que pueda aprender mientras lo recorre.
El sabio no mira hacia atrás, porque sabe que son historias que alguna vez hicieron daño. Pero también sabe que lo hicieron crecer en conocimientos, seriedad y conceptos de amor.
El sabio es sabio porque sabe lo que otro ignoro acerca de caminos que hacen daño.
El sabio es paciente, sabe que del afán salen respuestas desorientadas.
El sabio no duda, así su respuesta haya estado errónea en ese momento porque confía en la mano del universo, sabe que los tiempos cambian y su respuesta tendrá el encaje perfecto en el momento justo.
El sabio es sabio porque vivió. No porque sabes cosas que otros han vivido.
El sabio ama, aunque también sabe la dureza que conlleva dejarse llevar por el amor. Mas se recompensa con saber que en el amor se encuentra Dios.
El sabio no siente rencor, porque sabe que no es su trabajo. Tiene de concepto el perdón como fuerte aliado del amor.
El sabio da la vida por ayudar, sabe que lo hacen crecer en espíritu.
El sabio extiende sus manos y da las gracias mirando al cielo, pues hay se encuentra la fuente de toda sabiduría, donde calma su sed, renueva su alma y fortalece su espíritu