SE VENDE LA CASA DE AL LADO

El tiempo ha pasado...
Como cambia todo, la vida cambia.
Los presentes son otros.
Los hoy pasan tan deprisa que abruman.
...y los coleccionistas de recuerdos,
siguen apilando buenas y malas remembranzas.

Así, entre ellos, estoy yo,
mientras enseño a los posibles compradores
la casa de al lado.
La que se vende.

Inevitablemente, se mezclan las emociones.
Dónde hay sólo maleza regalo del poco tiempo,
del descuido y del dejar para después,
yo muestro la fertilidad del suelo
y sus múltiples regalos.

Dónde crece bravo el pastizal,
procuro encontrar aquella vieja higuera blanca,
la que plantaron mis manos
buscando perpetuar otra de su misma especie
que quedó en otra vivienda que cambió de dueño.

No puedo con mi instinto de perpetuidad!
Simplemente, aunque sea un recuerdo mínimo,
debo atesorar.
Como para darle el justo valor y medida
que supo dar alguna vez en el ayer.

Coleccionista de fotos,
de servilletas testigo de reuniones especiales,
de tarjetas y esquelas personales
que alguien alguna vez, me dedicó.
Alguien escribió pensando en mí!

No es un regalo maravilloso?
Yo! que sueño y vuelo en letras...
Yo! Doy muchísimo valor al detalle.
Veo dónde otros ojos quizás no pueden ver.

La casa de al lado está en venta...
y entre sus paredes que esperan una mano alegre de pintura
voy mostrando el calor de la estufa del rincón,
perdida entre el polvo, casi olvidada.

Yo la veo encendida!
La veo chispeante y confortable
en tantas noches gélidas y largas!
Rodeada de manos frías buscando calor,
de pies húmedos buscando templanza...

En una esquina quedó dormida una escoba de paja.
Soñando quizás, con las manos que ya no la buscan.
Mirando entre sombras como en los rincones menos visibles
se van amontonando las telas de araña.

La casa de al lado se vende...
Y junto con ella, parte de mi pasado se va.
Sólo me quedan los recuerdos de las comidas compartidas,
de los mates dulces y el olor a torta frita.

Pronto cambiará de dueño.
Y soy yo quien hoy invita!
Abro los brazos a la nueva familia
que espero convencer
para traer a la maravilla.

Se vende y queda por siempre
escondida en mi corazón que la atesora y habita.
Junto a las flores del jazmín y el naranjo,
la higuera, el cedrón, el laurel, el zucará y la margarita...

Si alguna de estas miradas que hoy llegan
viese esta casa vieja con el sentimiento de la mía,
ni todo el oro del mundo ni el trabajo
pagarían su valor en esta vida.

La casa vieja se vende...
Cambiará de forma y tinta.
Pero yo la guardaré tal y como está
porque para mi, hoy, es una joya viva.

25/04/2020