LO POCO QUE TENGO ES INMENSO...

Mi alma se expande...
A pasos agigantados veo mi transformación.
Sólo deseo paz, remanso, calma...
Lejos del ruido.
Amo mi sacro lugar.
Éste...que llevo dentro.
El que muchos no entenderán,
ni entendieron.
El cuerpo muestra el paso de los años,
pero el alma se revigoriza en su estado ideal.
Amo tanto los sonidos de la naturaleza!
Nada puede igualar el murmullo del viento
cuando las ramas del ciprés se hamacan a su son!
Quién podría competir con el trinar de los pájaros
que me saludan cada tardecita cuando riego mi jardín?
Maravilla! Ese tornasolado vuelo del colibrí
alimentándose de la corneta de fuego,
aleteando sobre las lavandas,
zumbando presuroso hacia el coronilla del fondo.
Vivir en un lugar sencillo pisando el suelo,
no tiene precio!
Mojar la tierra reseca al pie de los frutales,
salpicar el verde del césped sediento
y ver acercarse a los hilitos de agua a las libélulas...
Un regalo para éstos ojos míos,
que cargan de dicha a mi corazón!
El abeto del fondo cargadito de piñas pequeñas,
recién nacidas...
y ver entre sus ramas aparecer al ruiseñor
chirriando y saltando cada vez más bajito,
pidiendo a su modo que sacie su sed.
Quién podría ser inmune a tanta maravilla?
Gracias, Señor!
Porque lo poco que tengo es inmenso
y no cambiaría nada de eso ni por un segundo.
Con cosas tan simples estalla mi corazón emocionado.
Se nublan mis ojos ante tal grandeza...
Cómo puedo no darte las gracias cada día?
Te amo.

27/12/2019

Nota: adjunto una foto de mi jardín para que puedan entender lo que siento yo.