El paraíso de la calle Azucena

Los finitos mantos guardados en la luz colada por el techo,
las piernas enredadas,
donde nadie quiere soltarse.

Tu tomas, yo doy,
los ciclos se pierden en el agua,
nos ahogamos en el ruido,
pero el sonido también nos da vida.

En la naturaleza del cuarto de tu casa,
nacen los deseos del mundo,
encuentro mi piel entre tus muertes,
reconozco cuando llueves,
nado sin asfixiarme,
no habré de perderme,
porque yo conozco tu río.

El paraíso se ha cerrado,
pero hemos de estar absueltos,
porque ese espacio existe en el manto que ahora es infinito,
donde perecemos,
donde el sol se desfallece.

Comentarios & Opiniones

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Metafórico y eufemísticamente bello!!!

Critica: 
Penelope

Impresionante, apasionado y al límite, como una explosión de los sentidos. Felicidades, amiga! Saludos cordiales!

Critica: