CASTELLONERA

Hoy mi sed es un cielo de nenúfares
blancos con cápsulas algodonales,
invisibles crótalos, cascabeles;
hoy soy feliz en los embrujos mares,
versos limpios de espumas musicales
de tersas rosas y albores claveles.

Hoy vuelven a mí las líricas flores
en sus libres dichas, con sus olores.
Hoy te quiero más, como tantas veces;
castellonera bella, azahar alegre.

Hoy los labios solos quieren, pretenden
bajo el fértil mar; imposibles peces.
Redes de caña, rollos, cintas verdes.
Magdalena de los sueños errantes.
Romería vivaz, Castellón celeste...
Pretendo como siempre pretendiera
premonitorias cadenas de vida,
y como nunca tú te imaginases
hacerte una cama de tiernas voces.

Hoy mi corazón flota en una nube
mistando clandestinas claridades...
Entre raudas estelas danzarinas,
la ilusión de la gente se encamina
por nostálgico río, sueños perennes.
Y en los trémulos destellos de luz,
esculpiré gayatas eminentes;
para que tú no despiertes del beso
cuando murmuren: castellonera plena,
reina de nuestras oníricas fuentes.